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martes, 25 de noviembre de 2008

La realidad del maltrato de género

¿Qué es lo que ocurre en el resto del mundo cuando una mujer, de nacionalidad cualquiera, de edad cualquiera, de clase social cualquiera, es maltratada?, ¿qué es lo que hacemos todos los demás?. Simple; mientras no estemos conscientes del tema, mientras no seamos capaces de sentir indignación o rabia, mientras hagamos sordos a nuestros oídos y ciegos a nuestros ojos, mientras supongamos que esa realidad está lejos de la nuestra… somos cómplices.

Violencia doméstica, maltrato a la mujer, violación, prostitución de menores, ablación de clítoris, trata de blancas, discriminación, abuso psicológico, espiritual, verbal, económico…y la lista no parece terminar nunca. ¿Qué nos está pasando?, en realidad, ¿qué nos pasó siempre?, porque esta historia de agravios se remonta a los principios de la historia, siempre regidos por la misoginia. Mentes brillantes del mundo han emitido opiniones públicas tales como:

-Augusto Comte- “La relativa inferioridad de la mujer en este sentido es incontestable, poco capacitada como está, en comparación con el hombre para la continuidad en intensidad del esfuerzo mental, o bien debido a la debilidad intrínseca de su raciocinio, o a su ligera sensibilidad moral y física, que son hostiles a la abstracción científica y a la concentración".
-Jean Jacques Rousseau- "Una mujer sabia es un castigo para el esposo, sus hijos, sus criados, para todo el mundo. Desde la elevada estatura de su genio, desprecia todos los deberes femeninos, y está siempre intentando hacerse a sí misma un hombre".
-Kant- "Una mujer que se ocupa de las controversias fundamentales sobre la mecánica, se podría también dejar la barba". "El estudio laborioso y las arduas reflexiones, incluso en el caso de que una mujer tenga éxito al respecto, destrozan los méritos propios del sexo".
-Herbert Spencer- "Las mujeres muestran una perceptible deficiencia en dos facultades, la intelectual y la emocional, que son el resultado final de la evolución humana, la capacidad de razonamiento abstracto y la que es la más abstracta de las emociones, el sentimiento de la justicia".
-Según el cristianismo, en el génesis, se habla de la mujer como la que cayó en el pecado original por su debilidad y arrastró al hombre a la miseria de la expulsión del paraíso. Y por último, en el Concilio de Mâcon, en el siglo IV de la presente era, se discutió frenéticamente si acaso la mujer tenía alma.

Hoy en día se manejan estadísticas alarmantes acerca del maltrato a la mujer, hoy en día que se supone que hemos avanzado tanto y que la mujer ha ganado espacios donde antes ni nos hubiésemos imaginado que lo haría. Aquí algunos de estos datos:

-Cada 12 segundos una mujer es maltratada por su esposo, novio o amante
-El maltrato ocurre en todas las culturas, edades, razas, nacionalidades y niveles socioeconómicos.
-El maltrato también se presenta en relaciones entre el mismo sexo.
-El 93% de las víctimas de violencia doméstica son mujeres.
-El 64% de todas las mujeres serán maltratadas alguna vez en su vida.
-El 60% de las mujeres golpeadas, son golpeadas en estado de embarazo.
-El 81% de los hombres que maltratan a sus parejas tuvieron padres que abusaban de sus madres
-Las golpizas son la mayor causa de heridas en las mujeres - son más frecuentes que los accidentes automovilísticos, asaltos, y violaciones todos juntos. Esta es la principal causa por la que las mujeres son atendidas en las salas de emergencia.
-Sólo el 5% de los malos tratos familiares son denunciados
-El 7% de las víctimas son hombres

Además de los mitos que se maneja normalmente acerca de este tópico:

-Algunas personas merecen ser abusadas verbal o físicamente.
-La furia causa la violencia doméstica.
-Los abusadores o personas violentas "pierden el control" sobre su temperamento.-La violencia doméstica sólo ocurre en familias de bajo nivel educativo, pertenecientes una minoría o con problemas.
-Si una mujer golpeada de veras desea huir, lo puede hacer fácilmente, es cuestión de decidirse. -La violencia doméstica es problema de mujeres.
-Las drogas y el alcohol causan la violencia doméstica (ojo, es un factor posible, pero sólo aumentan el nivel de peligro).

Y claro, también hay características propias de una víctima de abusos, tales como los determinantes de la raza, cultura, grupos sociales, edad, etc., pero también son más propensas al abuso las mujeres que han presenciado violencia en sus hogares primarios, las que tienen baja autoestima, las que no conocen sus derechos, las que creen que no tienen más opción, las mujeres depresivas, las que abusan de sustancias químicas o alcohol y las que “creen merecer el agravio” (ver síndrome de Estocolmo).

¿Y por qué las víctimas se quedan en esos hogares de abuso?, ¿por qué no denuncian?, ¿por qué no valoran su vida?. Hay varias razones que han sido estudiadas por los especialistas, tales como la falta de un sustento económico que las avale fuera del matrimonio o relación que llevan (no son profesionales, son amas de casa), las víctimas creen que no tienen a alguien con quien hablar o alguien que las entienda o les crea, las víctimas piensan que los hijos necesitan a dos padres y no los quieren criar solas, la víctima cree las promesas del agresor que va a cambiar o buscar ayuda, la víctima cree que nadie más la querrá, la víctima se avergüenza de su situación y cree que otros pensarán mal de ella.

Definitivamente es un tema extenso, del que se podría seguir discutiendo y del que de hecho se investiga y se intenta encontrar soluciones y establecer sistemas de prevención. Muchas organizaciones y grupos civiles están en la lucha, pero, ¿qué tanto se puede lograr sin comprometer a las individualidades?, esta clase de cambios deben ser estructurales, de fondo, comenzando desde la educación básica, desde el conocimiento profundo de los deberes y derechos de cada persona. Lograr consciencia individual, para afianzar la consciencia colectiva. Un grano de arena es este post, un grano de arena que es necesario y que puede llegar a más (y ojalá llegue).

Yo no quiero ser cómplice, ¿vos?.


-Gaby

2 V-oces:

MadelCarmen Vargas dijo...

Yo tampoco quiero ser cómplice. Empezar a hablar del tema es ya un gran paso, empezar por las pequeñas cosas que dan marco a nuestro pensamiento cómplice, soltarnos de todo eso y plantear nuestros principios de alguna manera.
Allá vamos! (y que bueno que vamos juntas)
besos

Vania B. dijo...

Yo tampoco. Qué difícil es ser mujer y plenamente feliz, sobretodo por las taras que tenemos incrustadas en la mente. El día que nos liberemos de tanta paja mental, que nos valoremos, que sepamos que no somos menos que nadie, que demos rienda suelta a nuestros sueños, ese día vamos a ser libres, y nuestros hijos también.

Un abrazo, chicas.