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viernes, 10 de julio de 2009

No.

El quince de abril del presente, alrededor de trescientas mujeres fueron apedreadas y violentadas en las calles de Kabul por defender su derecho a decir: No. A pesar de las piedras e insultos, estas féminas no dieron pie atrás en su marcha denunciadora contra la ley recientemente pasada, que criminaliza a las mujeres que rechacen tener relaciones sexuales con sus maridos.

El presidente Hamid Karzai, con exitosa maniobra para subir su popularidad electoral frente a las elecciones en Afganistan, ha firmado una ley aprobada por el parlamento y diseñada por los clérigos chiíes que legaliza la sistemática violación sexual intra-marital. “Todo es política", declara. A nadie se le escapa la precaria situación en la que se encuentra Karzai de cara a las elecciones del próximo mes de agosto. Así está buscando levantar votos entre los sectores más conservadores de la sociedad, y es una pena que la falta de conocimiento y estudio general de esta ley hace que sean sólo trescientas las mujeres marchando por las calles de Kabul, y muchísimas más las unidas a la horda de hombres apedreando a las insurgentes. "La mayoría de los hazaras no son conscientes del daño que puede hacerles este código, porque es la primera vez que vamos a contar con uno", se lamenta Sima Samar, presidenta de la Comisión Afgana Independiente de Derechos Humanos, ex ministra de Asuntos de la Mujer, y la primera hazara en obtener el título de médico en el país.

Esta ley otorga a todo marido el derecho irrefutable de demandar relaciones sexuales a su mujer como mínimo una vez cada cuatro días. Además, contiene artículos que determinan que las mujeres no pueden dejar sus casas, buscar trabajo, educación o ayuda médica sin el permiso de sus maridos. Además, la ley garantiza la custodia de los niños a padres y abuelos únicamente.

Ustad Mohammad Akbari, parlamentario y líder del partido político Hazara, declara que la ley en verdad protege los derechos de las mujeres. “Hombres y mujeres tienen derechos iguales bajo el Islam, pero hay diferencias en la forma en que hombres y mujeres han sido creados. Los hombres son más fuertes y las mujeres son un poco más débiles; incluso en el occidente no se ven mujeres trabajando como bomberos.” Akbari dice que una mujer no sería obligada a permanecer en su casa si una emergencia razonable la forzara a salir sin permiso.

“Es peor que bajo el régimen Taliban”, declara la senadora Humaira Namati. En conjunto con otras mujeres en las cámaras alta y baja, la senadora ha conseguido una victoria: elevar la edad mínima femenina para el matrimonio de 9 años a 16 años.
Como de costumbre, los gobiernos de occidente se posicionan en contra en alguna conferencia de prensa, y el asunto queda por ahí. La única movilización existente de apoyo a las organizaciones femeninas afganas proviene de las organizaciones internacionales, feministas o no, de defensa de los derechos humanos.

Poder decir ‘no’, ‘no me da la gana’ tiene muchísima más importancia de lo que parece. El papel de las organizaciones femeninas afganas ha sido de suma importancia para ofrecer apoyo y ayuda a manifestantes mujeres apedreadas y torturadas por las autoridades, y en sacar a luz internacional los tonos de la ley. Te sientes indignado? Únete al grito. Dí: NO.

-la mujer habitada

martes, 25 de noviembre de 2008

La realidad del maltrato de género

¿Qué es lo que ocurre en el resto del mundo cuando una mujer, de nacionalidad cualquiera, de edad cualquiera, de clase social cualquiera, es maltratada?, ¿qué es lo que hacemos todos los demás?. Simple; mientras no estemos conscientes del tema, mientras no seamos capaces de sentir indignación o rabia, mientras hagamos sordos a nuestros oídos y ciegos a nuestros ojos, mientras supongamos que esa realidad está lejos de la nuestra… somos cómplices.

Violencia doméstica, maltrato a la mujer, violación, prostitución de menores, ablación de clítoris, trata de blancas, discriminación, abuso psicológico, espiritual, verbal, económico…y la lista no parece terminar nunca. ¿Qué nos está pasando?, en realidad, ¿qué nos pasó siempre?, porque esta historia de agravios se remonta a los principios de la historia, siempre regidos por la misoginia. Mentes brillantes del mundo han emitido opiniones públicas tales como:

-Augusto Comte- “La relativa inferioridad de la mujer en este sentido es incontestable, poco capacitada como está, en comparación con el hombre para la continuidad en intensidad del esfuerzo mental, o bien debido a la debilidad intrínseca de su raciocinio, o a su ligera sensibilidad moral y física, que son hostiles a la abstracción científica y a la concentración".
-Jean Jacques Rousseau- "Una mujer sabia es un castigo para el esposo, sus hijos, sus criados, para todo el mundo. Desde la elevada estatura de su genio, desprecia todos los deberes femeninos, y está siempre intentando hacerse a sí misma un hombre".
-Kant- "Una mujer que se ocupa de las controversias fundamentales sobre la mecánica, se podría también dejar la barba". "El estudio laborioso y las arduas reflexiones, incluso en el caso de que una mujer tenga éxito al respecto, destrozan los méritos propios del sexo".
-Herbert Spencer- "Las mujeres muestran una perceptible deficiencia en dos facultades, la intelectual y la emocional, que son el resultado final de la evolución humana, la capacidad de razonamiento abstracto y la que es la más abstracta de las emociones, el sentimiento de la justicia".
-Según el cristianismo, en el génesis, se habla de la mujer como la que cayó en el pecado original por su debilidad y arrastró al hombre a la miseria de la expulsión del paraíso. Y por último, en el Concilio de Mâcon, en el siglo IV de la presente era, se discutió frenéticamente si acaso la mujer tenía alma.

Hoy en día se manejan estadísticas alarmantes acerca del maltrato a la mujer, hoy en día que se supone que hemos avanzado tanto y que la mujer ha ganado espacios donde antes ni nos hubiésemos imaginado que lo haría. Aquí algunos de estos datos:

-Cada 12 segundos una mujer es maltratada por su esposo, novio o amante
-El maltrato ocurre en todas las culturas, edades, razas, nacionalidades y niveles socioeconómicos.
-El maltrato también se presenta en relaciones entre el mismo sexo.
-El 93% de las víctimas de violencia doméstica son mujeres.
-El 64% de todas las mujeres serán maltratadas alguna vez en su vida.
-El 60% de las mujeres golpeadas, son golpeadas en estado de embarazo.
-El 81% de los hombres que maltratan a sus parejas tuvieron padres que abusaban de sus madres
-Las golpizas son la mayor causa de heridas en las mujeres - son más frecuentes que los accidentes automovilísticos, asaltos, y violaciones todos juntos. Esta es la principal causa por la que las mujeres son atendidas en las salas de emergencia.
-Sólo el 5% de los malos tratos familiares son denunciados
-El 7% de las víctimas son hombres

Además de los mitos que se maneja normalmente acerca de este tópico:

-Algunas personas merecen ser abusadas verbal o físicamente.
-La furia causa la violencia doméstica.
-Los abusadores o personas violentas "pierden el control" sobre su temperamento.-La violencia doméstica sólo ocurre en familias de bajo nivel educativo, pertenecientes una minoría o con problemas.
-Si una mujer golpeada de veras desea huir, lo puede hacer fácilmente, es cuestión de decidirse. -La violencia doméstica es problema de mujeres.
-Las drogas y el alcohol causan la violencia doméstica (ojo, es un factor posible, pero sólo aumentan el nivel de peligro).

Y claro, también hay características propias de una víctima de abusos, tales como los determinantes de la raza, cultura, grupos sociales, edad, etc., pero también son más propensas al abuso las mujeres que han presenciado violencia en sus hogares primarios, las que tienen baja autoestima, las que no conocen sus derechos, las que creen que no tienen más opción, las mujeres depresivas, las que abusan de sustancias químicas o alcohol y las que “creen merecer el agravio” (ver síndrome de Estocolmo).

¿Y por qué las víctimas se quedan en esos hogares de abuso?, ¿por qué no denuncian?, ¿por qué no valoran su vida?. Hay varias razones que han sido estudiadas por los especialistas, tales como la falta de un sustento económico que las avale fuera del matrimonio o relación que llevan (no son profesionales, son amas de casa), las víctimas creen que no tienen a alguien con quien hablar o alguien que las entienda o les crea, las víctimas piensan que los hijos necesitan a dos padres y no los quieren criar solas, la víctima cree las promesas del agresor que va a cambiar o buscar ayuda, la víctima cree que nadie más la querrá, la víctima se avergüenza de su situación y cree que otros pensarán mal de ella.

Definitivamente es un tema extenso, del que se podría seguir discutiendo y del que de hecho se investiga y se intenta encontrar soluciones y establecer sistemas de prevención. Muchas organizaciones y grupos civiles están en la lucha, pero, ¿qué tanto se puede lograr sin comprometer a las individualidades?, esta clase de cambios deben ser estructurales, de fondo, comenzando desde la educación básica, desde el conocimiento profundo de los deberes y derechos de cada persona. Lograr consciencia individual, para afianzar la consciencia colectiva. Un grano de arena es este post, un grano de arena que es necesario y que puede llegar a más (y ojalá llegue).

Yo no quiero ser cómplice, ¿vos?.


-Gaby

miércoles, 17 de septiembre de 2008

Sobre la concepción religiosa del hombre como cabeza de familia.


No deja de sorprenderme que en pleno siglo XXI, todavía haya mujeres que han leído más de veinte libros, con mucho sentido común, pero que me quieran convencer biblia en mano de que las mujeres deben 'obedecer' a sus maridos, porque eso manda Dios.

Sólo quiero tomar dos pasajes bíblicos para demostrar cómo es que el discurso machista ha sido hegemónico en el mundo religioso cristiano. Y, por más que uno piense que no se lo cree, forma parte del imaginario colectivo inconsciente de cómo se conciben hombre y mujer.

El primero está en el génesis, De la costilla que Yahvé Dios había tomado del hombre formó una mujer y la llevó ante el hombre. Entonces éste exclamó: «Esta vez sí que es hueso de mis huesos y carne de mi carne. Esta será llamada mujer, porque del varón ha sido tomada.».[1] La mujer es un efecto de la existencia del hombre. No es en sí misma. El hombre es primero y la mujer después. La mujer no existiría de no ser por la existencia anterior del hombre. La mujer es parte del hombre, y no al revés. La mujer existió a partir de una costilla que era parte del hombre. Es como una pequeña parte de él, siendo el hombre el todo.

Todo esto se confirma en otros pasajes: Sin embargo, quiero que sepáis que la cabeza de todo hombre es Cristo; y la cabeza de la mujer es el hombre; y la cabeza de Cristo es Dios.[2]

Y se deja más claro también aquí: El hombre no debe cubrirse la cabeza, pues es imagen y reflejo de Dios; pero la mujer es reflejo del hombre. En efecto, no procede el hombre de la mujer, sino la mujer del hombre. Ni fue creado el hombre por razón de la mujer, sino la mujer por razón del hombre.[3]

La mujer fue creada para acompañar al hombre, para que el hombre no esté solo. Es así como se perpetúa aún hoy la idea de que la mujer tiene que servir a su marido, porque fue creada para eso, para él, y por él, nunca en sí misma y con objetivo propio, sino para asegurar el cumplimiento de los objetivos del hombre.

Dice alguien muy inteligente que más allá de profundizar las diferencias entre hombres y mujeres, deberíamos concentrarnos en la categoría de 'seres humanos'. Y estoy totalmente de acuerdo, pero, en ese camino, hace falta primero elevar a la mujer a la categoría de ser humano, completo, que vale por sí mismo y que tiene objetivos y metas propios, más allá de asegurar la perpetuidad de la especie, y de llevar adelante la casa de un marido.

Vale la pena señalar también que romper con este mito es importantísimo. Sobre todo, en estas nuestras sociedades latinoamericanas preponderantemente machistas. Y quien diga que esta idea es del siglo pasado, y ya no sucede, no ha salido más allá de la manzana que rodea su casa.


[1] Génesis 22:2-3, Biblia Latinoamericana

[2] 1 Corintios 11:3

[3] 1 Corintios 11:7-9






-hija de la luna-

lunes, 7 de julio de 2008

¿Feminista?




Feminismo es una palabra que ha sido víctima total de una estandarización tremenda. Feminismo, feminismo, feminismo; cada vez, parece tomar un significado distinto y si continuamos repitiendo feminismo, feminismo, feminismo, de pronto desaparece todo simbolismo representativo. Es así como se ha ido gastando y deformando el ideal de este concepto hermoso, heroico y revitalizador.


Existen distintas clases de feminismo. Está el radical, el liberal, el socialista, el feminismo por la igualdad, etc. Yo, personalmente, apuesto por el feminismo por la diferencia, el cual no pretende que las mujeres sean iguales a los hombres, no pretende tampoco, que sean superiores, porque está consciente de las diferencias fundamentales entre ambos sexos. Desde los aspectos físicos-biológicos, hasta los psicológicos-emocionales-cognitivos-conductuales. El feminismo por la diferencia se basa en la creencia humanista y su lucha se traduce, básicamente, en la reinstitucionalización de los derechos que se les han negado a las mujeres debido al irresponsable machismo que ha regido las sociedades históricamente desde los principios. Es una equivocación muy recurrente el pensar que la palabra “feminismo” se refiere a un movimiento de mujeres que reclaman su superioridad frente al sexo masculino, cuando en realidad, es nomás un querer romper con el patriarcado que en un pasado se impuso y a la fecha de hoy se mantiene vigente. Ahora, sería un grave error identificar con el feminismo a toda acción en favor de la mujer, pero también, sería una injusticia histórica SER una MUJER y no conocer ni reconocer que las posibilidades que se tienen ahora se deben a la lucha de las feministas, a sus planteamientos, a sus logros y a sus ACCIONES RADICALES (porque al fin y al cabo es necesario ser radical para lograr cambios).


La mujer feminista, siempre se ha enfrentado a un sinnúmero de dificultades, porque principalmente, para poder llegar a ser digna de los derechos que reclama, parece que se la ha encasillado en un lugar donde no es posible sentir, tener necesidades o debilidades. El solo hecho de ser feministas las obliga a ser fuertes, independientes, insensibles, rígidas, pragmáticas, frías, calculadoras; porque en apariencia sólo las mujeres sometidas al machismo pueden llorar, sentirse solas, necesitar de amor, querer detalles, añorar a un novio, pensar en hijos y marido… y probablemente sean estereotipos que las mismas feministas se han impuesto; para sobrevivir quizá, pero yo me pregunto: ¿es necesario?, ¿es justo?. En realidad nunca fue fácil ser mujer, pero considero que ha llegado la hora en que, siendo feministas y luchadoras, también tengamos el derecho de llorar por soledad si es que así lo sentimos y que no seamos reprochadas, ni siquiera por nosotras mismas.


En estos últimos días he estado prestando especial atención a las mujeres y su reacción ante el feminismo, y con bastante decepción he podido constatar que muchas de ellas tienen bastante aversión al tema, lo nombran con desdén, como evitando ser víctimas de una exageración pobre e ingenua. Otras quieren, a toda costa, que no exista ninguna conexión entre ellas y un grupo “estridente de lesbianas quejonas”. Sin ir más lejos, están también las que en tonos pseudointelectuales responden que ellas no son feministas ni tampoco machistas, que su realidad está completamente fuera de estas dos concepciones antónimas. Y (¡ay!), existen igual, aquellas que se atreven a decir: “pero si ya no existe el machismo”… Entonces, cómo no sentir rabia debido a estas mujeres que protagonizan una época de cambios y reivindicaciones, que se benefician directamente de los resultados de tantas batallas feministas y que además tienen el descaro de no sólo no simpatizar con la filosofía; sino criticarla. Me parece absurdo, contradictorio.


Y ahora, les confieso que por estas tantas razones es que mi intervención ha dado un vuelco y de repente estoy escribiendo totalmente indignada y colérica, sin la más mínima intención de objetividad (pero es que no se puede, ¿verdad?, todos somos “sujetos”). Pienso y pienso y por más que pienso, no se me ocurren razones para que una mujer profesional, exitosa, culta, (divorciada, quizá) e independiente pueda decir “no, yo no soy feminista”. Que no se me malinterprete, tampoco pretendo ser totalitarista y sí, creo que todos los ideales y formas de pensamiento deben ser respetados; pero no estoy dispuesta a tolerar las CONTRADICCIONES, no quiero. Cómo es que una mujer con esas características no se identifica con la forma de vida que lleva. Ella que ha podido leer los libros que quiso, que se ha podido sentar en una cátedra universitaria y sacar un título, que se ha casado con quien ha querido y como no lo aguantó se divorció, que tiene un trabajo y que se la respeta por su producción intelectual, que es admirada por sus logros, que tiene poder de decisión y autonomía; entonces, ¿cómo mierdas(¡!) es que ella no es feminista? Y la única respuesta que se me ocurre es que se tiene que deber a la ignorancia. Es casi como tener sida y que no importen un carajo de las investigaciones de cura o el tema ético de la discriminación.


Así que así, obviamente indignada y molesta, pretendo ponerle el punto final a esto, que pretende ser un desagravio, un grito de desahogo, una queja o un intento de aclaración; y así, indignada y molesta también, los llamo a la reflexión y a la investigación, especialmente a mis queridas congéneres, para evitar ser víctimas de las horribles contradicciones y de la ignorancia, que es la peor enfermedad.


-Gaby

martes, 17 de junio de 2008

Las Comadres




¿Qué es una comadre?

Hay muchos sentidos para esta palabra. Mi favorito es el que se les ocurrió a unas Salvadoreñas: El Comité de Madres de los Desaparecidos y Asesinados Políticos de El Salvador (COMADRES).
Esta organización nació con la demanda de justicia por las desaparaciones forzosas de sus familiares antes y durante el conflicto armado, a manos de ORDEN, grupos paramilitares mejor conocidos como ESCUADRONES DE LA MUERTE y cuerpos policiales como la extinta Policía Nacional y Policía de Hacienda, Batallón Atlacatl, entre otros.
Cuenta de pasada el libro de Elizabeth Ferris ("Women, war and peace") que en una noche cualquiera de 1989, explotó una bomba en el edificio de la oficina de las COMADRES, y se llevó toda la pared de adelante.
Tan pronto cayó la pared, empezaron a agruparse los soldados afuera, alistándose para la embestida.

En la tensión del momento, las mujeres empezaron a hacer café. ¡Los que no eran de ahí estaban como locos! Eras las 3:30 de la mañana, una bomba acababa de explotar, los soldados alistándose para llevarse a todos, y las madres haciendo café...

Y entonces, cuando estuvo listo el café, las madres lo sirvieron en tacitas que llevaron hacia afuera. En ese momento, algo cambió. Los soldados, cansados y jóvenes (algunos apenas tienen 16 años), probablemente también nerviosos, aceptaron el café, terminaron las tacitas, las devolvieron a las mujeres, y se fueron en silencio.

Y las mujeres empezaron a reconstruir su pared.

El mes siguiente, nueve COMADRES fueron arrestadas. Amnistía Internacional reportó que fueron amordazadas,esposadas, y golpeadas en su detención.

En régimenes violentos, en conflictos internos o en simple y llana pobreza, pareciera que poco se puede hacer desde fuera. Y que poco se puede hacer desde dentro.Pero somos muchos. Y si conseguimos, finalmente, tomar conciencia de esta nuestra cualidad, eso cambiará toda la historia.

Y si no funciona a la primera, entonces, pacientes pero perseverantes, cojamos un par de ladrillos...

y a reconstruir la pared.


-la mujer habitada

jueves, 8 de mayo de 2008

Mujeres a la carta



Siempre he pensado que en esta ciudad existen las contradicciones más fundamentales. Por un lado, los hombres disfrutan de hacer algarabía de sus talentos sexuales; por el otro lado, estos mismos hombres buscan a lo más virgen posible por miedo a que los comparen y terminen dejándolos.

Tampoco se debe dejar pasar desapercibido que la búsqueda de la virginidad, o por lo menos inexperiencia, sea un factor determinante para conseguirse otra que sí sepa satisfacer sus más bajos instintos.

Tiene que ser hermosa, sí, muy hermosa, y eso es natural, pero NO cuando la barbie separa sus labios y mueve la lengua con flojera para articular algo como: "Es que ir ahí es muy cholo", o, "ay, mi amor, no da que nos sentemos con ellos, es que son muy cambas".

Es fundamental, también, no olvidar, que la futura novia –en caso de que resulte buena y sumisa, léase futura esposa- debe pertenecer a una familia acomodada. No importa si el padre es logiero, narcotraficante, traficante, explotador, latifundista, esclavista, abusivo, ladrón, usurero, estafador, politiquero o alto funcionario público que obtuvo el cargo por muñeca. Lo que importa es que ella pueda comprarse los vestidos y pagar la peluquería, materia prima indispensable para llegar a ser el adorno que les es obligatorio a ellos mostrar.


El otro día mi primo ordenó una mujer así por internet. Después de pagar con su tarjeta de crédito, le enviaron un mail que decía:

"Favor pasar por alguno de los boliches de moda el viernes o el sábado por la noche y elegir cualquiera. Todas fueron fabricadas con el mismo molde".

Y, en letras más chicas, terminaba con:
"Cualquier excepción debe considerarse como un error del sistema".
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-Hija de la Luna

viernes, 4 de abril de 2008

Frente a las mujeres Somalíes



Hoy encontré a África en el periódico. Este acontecimiento inusual es digno de mención. A veces parece que nuestro cotidiano no cubre el continente con la atención que merece. Curiosamente, el artículo (sobre el genocidio gubernamental desencubierto en Kenia) no mencionaba un solo nombre de mujer. Evidentemente, nos diremos, las mujeres, fruto cultural de una discriminación institucionalizada en el continente, muy difícilmente aparecerán en los titulares como actoras en el conflicto africano -especifico “como actoras” pues como víctimas aparecen bastante más seguido- lo que me hizo pensar: cuando eres del África, negra, y mujer, ¿quién escribe sobre ti?

Somalia es, de acuerdo con el ICG (Internacional Crisis Group), el “Estado más íntegramente fallido del mundo”. Apenas 30 años desde su constitución como Estado, Somalia deja de ejercer funciones estatales (con el desplomo de todas sus instituciones legislativas, judiciales, militares, sistema bancário y servicios sociales) en 1991, cuando derrocan el gobierno de Siyad Barre. Incluso antes del 91, el sueldo mensual de los funcionarios somalíes era menor al valor de un día de comida para una familia media, y diez años de guerra civil al noroeste habían dejado miles de muertos entre guerrillas y bombardeos gubernamentales.



Después de la conocida y vergonzosa retirada de la ONU en el 95, los propios somalíes diseñaron variadas y frágiles estructuras, muchas veces basadas en la ley islámica (Shari´a) y políticas pseudoestatales en las zonas de menor conflicto. Incluso dentro de éstos, la violencia de género es una actividad criminal cotidiana del conflicto. Las mujeres y niñas son víctimas de innombrables horrores en la lucha entre clanes, ya que son prácticas comunes para afirmar la victoria de un clan sobre otro las esquemáticas violaciones de todas las mujeres y niñas, para así crear una nueva generación perteneciente al clan victorioso.

Paralelamente, con la escasez de niños y hombres que salen de las comunidades a luchar, las mujeres han tomado un papel cada vez mayor en la microeconomía local. Aunque las condiciones laborales sean devastadoras, y la humillación social sea la marca de las mujeres que ocupan el “lugar del hombre” como proveedoras, este contexto ha permitido la organización de mujeres y niñas de las comunidades, que, desde el estrechísimo diámetro de sus posibilidades, han mostrado una admirable rebelión a favor de la paz.

Cabe mencionar que la importancia que tiene el género en la lógica de clanes (el clan es heredado siempre del lado del padre), y con esta menor importancia dada a las mujeres de los clanes, éstas se han podido mover más libremente entre clanes (las mujeres prestan lealtad a varios clanes, y menos fielmente que los hombres, pues pertenecen al clan del padre, y, que raras veces es el mismo, al clan del marido) para ofrecer ayuda a los heridos de los enfrentamientos, protegerse a sí mismas e incentivar treguas entre clanes.

Con femenina audacia, el campo de trabajo de estas mujeres ha sido de lo más creativas.
En Burao en 1993, por ejemplo, las mujeres de ambos bandos corrían entre los contendientes amenazando quitarse los pañuelos que cubrían sus cabezas, y así avergonzar públicamente a sus hombres si éstos no dejaban de disparar. También han sido comunes las huelgas de piernas cruzadas, y manifestaciones en medio de la lucha entre grupos armados, recitando buraanbur (poesía folclórica originalmente de guerra, pero convertida a mensajes de paz) con las cabezas cubiertas de pañuelos blancos simbolizando luto. Las organizaciones femeninas han llevado a cabo diversas actividades vitales en este escenario de ausencia de estado al proporcionar comida, refugio, cuidados sanitarios, etc. a familias atacadas o desplazadas por el conflicto. También han desarrollando proyectos para asistencia ante traumas y desmovilización de soldados, además de presionar por la igualdad de acceso a los servicios y por la inclusión de las mujeres en la toma de decisiones.

Habiendo captado la atención internacional, estas mujeres propusieron crear el sexto clan, el clan de las mujeres, que tenga 25 asientos reservados en las conferencias en Arta, dedicadas a la formación de un gobierno nacional transitorio, y lo consiguieron en la decimotercera conferencia de paz, en el 2000. Durante la decimocuarta, entre 2003 y 2005, sin embargo, las mujeres fueron “nuevamente rebajadas al estatus de observadoras” (Gardner dixit).

Que la ONU juega un papel vergonzoso en la construcción de la paz en el África, no es novedad, y que las mujeres jamás son consideradas en estos proyectos, tampoco. Pero si volcamos nuestra atención a la potencialidad que tiene este género unido como promotor de la paz, si progresivamente nuestro interés las enfoca, si nuestros titulares las enfocan, si convencemos al mundo de que sí están, de que sí hacen, de que sí existen, entonces sus coterráneos no podrán más pretender que no.






-la mujer habitada

viernes, 7 de marzo de 2008

Prólogo


Madre, amiga, hermana, prima, hija, esposa, novia, alumna, sobrina, ahijada, compañera, profesora, nuera, vecina, cuñada, suegra, nieta, abuela, desconocida, mujer…

Alguien dijo una vez que se tiene que hablar de lo que se sabe; pues bien, nosotras por este medio queremos hablar desde lo que somos y de lo que sabemos: ser mujer.

Vaginario es el nombre, ¿por qué?, porque aquí se encontrarán voces de mujeres elevadas a la máxima potencia en un solo intento de reclamar derechos omitidos e injusticias cometidas.

La metodología de Vaginario es la siguiente: se harán publicaciones periódicas de artículos que abarcarán diversos tópicos con respecto al tema base. Se incluirá también un espacio especial dedicado a la “mujer del mes”, grandes mujeres de todo el mundo que merecen la mención por su contribución a la causa en distintas ramas. Se pondrán a disposición del lector links para poder apreciar arte femenino-feminista en sus variopintas expresiones (pintura, cuento, poesía, etc). Esperamos contar con colaboradores que nos expongan sus puntos de vista, y si tú, lector quieres aportar, las puertas están abiertas.

Este blog es el comienzo de un proyecto a futuro que nos gusta ver como “nuestro pequeño grano de arena”, con el tiempo y la colaboración del que desee sumarse, creemos que podemos hacer grandes cosas, las ganas y el amor por este emprendimiento ya están, lo demás son sólo oportunidades.

¿Feministas?, sí, porque no podemos ni queremos evitarlo. El trayecto ha comenzado, ¡Bienvenido a Vaginario!



La habitada, Fille y Gaby